Javier Bardem se convirtió esta madrugada en el primer actor español en ganar un Oscar al llevarse el premio del mejor actor de reparto por su papel de psicópata asesino en No es país para viejos. Un personaje que quedara para la historia del cine como uno de los mas sangrientos, pero tambien como uno de los mas magiltramente interpretados, comparabla al Hannibal Lecter de Anthony Hopkins.
No hubo doblete. El compositor Alberto Iglesias que fue nominado por la banda sonora de Cometas en el cielo, perdió frente a Darío Marianelli, autor de la música de Expiación.
No es país para viejos fue la gran triunfadora de la noche con cuatro Oscars, entre ellos, mejor dirección y mejor guión para los hermanos Coen. "Agradezco a los hermanos Coen por ser lo bastante locos y pensar que podía hacer esto y por darme el peor corte de pelo de la historia", dijo Bardem al llegar al escenario, tras recibir la estatuilla de Jennifer Hudson. "Mamá esto es para ti, para nuestros tíos, para nuestros abuelos que trajeron la dignidad para los comediantes de España". 
Bardem parecía más relajado que en la alfombra roja donde llegó acompañado por su madre. Pilar Bardem, que interrumpió su obra de teatro en Madrid para estar en Hollywood, dijo llevar un vestido de las rebajas y no dudó en calificar a su hijo de "cojonudo". "Siento una felicidad muy grande como sentiría cualquier madre".
La ceremonia tuvo que concentrar sus preparativos debido a la huelga de guionistas. Y se notó. Llegó a unos niveles de sosedad raramente alcanzados. "Vamos a dar paso a los psicópatas asesinos nominados para este año", dijo el presentador Jon Stewart, al recordar los títulos y temas sangrientos de las películas favoritas, "este país necesita seriamente un abrazo, menos mal que tenemos a adolescentes embarazadas", añadió refiriéndose al largometraje sorpresa del año, Juno, injustamente nominada, y excesivamente valorada.
No es país para viejos le arrebató la ceremonia a Pozos de Ambición, al ganar, además del de Bardem, los Oscars por mejor película, mejor guión adaptado (de la novela de Cormac McCarthy) y mejor dirección. "Hemos hecho películas desde los años 60" dijo Ethan Coen, "Cuando éramos pequeños rodamos un corto sobre Henry Kissinger con una cámara super ocho. Lo que hacemos ahora no es muy distinto de lo que hacíamos antes". Un merecido triunfo para estos genios del cine, que si bien no han hecho con esta pelicula su obra maestra, se merecian este reconocimiento publico que los aparta un poco de escena independiente, pero que los lleva al gran publico (precisamente esta peli, con 60 y pico millones recaudados es USA, es la mas taquillera de su filmografia).
Daniel Day-Lewis cumplió los pronósticos y se llevó sin sorpresa el Oscar al mejor actor por Pozos de ambición que le entregó su colega británica Helen Mirren. Day-Lewis dedicó su premio al director Paul Thomas Anderson , nominado tambien como mejor director y mejor guion adaptado, y a su familia y dio las gracias en una intervención corta y comedida. Es una pena lo de esta sensacional pelicula del director de Magnolia o Boogie nights, tambien sensacionales, que solo se ha llevado este oscar, y que se merecia todos a los que obtava. Pero ha tenido la mala suerte de competir este años con los Coen. Una pena. Una obra cumbre de un cineasta llamado a ser el sucesor de Martin Scorsese o Stanley Kubrick (especialmente homenajeado en esta peli).
Marion Cotillard recogió entre lágrimas, abrumada por la emoción, el Oscar a la mejor actriz por transformarse en Edith Piaf, el primero para una actriz francesa desde que lo ganara en 1960, la veterana Simone Signoret. La vie en rose es una sensacional pelicula, que ademas se ha llevado el oscar al mejor maquillaje, por la excelente caracterizacion de la diva y cantante francesa. La actuacion de Marion es sensacional, pero es sorprendente su victoria ante la magistral Julie Christie, que en Lejos de ella ha hecho una de las mejores interpretaciones de su carrera (ademas era la favorita para el premio de este año)
La británica Tilda Swinton sorprendió al llevarse el Oscar a la mejor actriz de reparto por encarnar a una abogada maquievélica en Michael Clayton. Sorprendió porque parecio cantado un oscar para la genial Cate Blanchet (tambien nominada este año a mejor actriz por Elizabeth, la edad de oro, aparte de otras dos nominaciones mas y un oscar a mejor actriz secundaria por El aviador) haciendo de Bob Dylan en I'm not there, curioso experimento en el que hace una interpretacion memorable del famoso cantante).
Diablo Cody, que escribió el guión de Juno, dedicó su Oscar "a los escritores, de los que aprendo cada día". Si merecia algun oscar este pequeña pero exitosa pelicula era este, aunque competia con el escelente libreto de Michael Clayton.
Ratatouille se llevó el premio a la mejor película de animación, en una dura competicion con la sensacional, e injustamente perdedora, Persepolis, una de esas pequeñas peliculas que el tiempo acabará convirtiendo en grande, y que no ha podido luchar contra el imperio Disney/Pixar.
Austria ganó el Oscar a la mejor película extranjera por Los falsificadores que presentó Penélope Cruz.
La única originalidad de la noche ocurrió cuando varios soldados estadounidenses estacionados en Irak, leyeron y anunciaron el Oscar al mejor corto documental que se llevó Freeheld. La ceremonia fue realmente insípida. El productor Gilbert Cates había anunciado sorpresas. Se quedaron en alguna parte del guión que no consiguió escribir por la huelga o se difuminaron en los vídeos histórico-recapitulativos que anunciaban las categorías, lágrimas en blanco y negro y sonrisas perdidas en peinados de los ochenta, un sinfín de refritos autocomplacientes. Aparentemente Cates recicló los vídeos que tenía previsto mostrar en caso de la que huelga de guionistas hubiera amargado la gala. El resultado fue mucha música orquestal sobre imágenes vistas una y otra vez que demostraron sobre todo que antes las galas eran más divertidas. La única buena noticia es que no cayó la tromba de agua que amenazaba con sumergir la llegada de las estrellas.
Los estilistas habían anunciado una explosión de color. La alfombra roja nunca estuvo tan negra. Aquello parecía un funeral. Glamour sí, pero un pelín siniestro. Y las que llevaban color, llevaban rojo así que se difuminaron en el paseo hacia la entrada del Teatro Kodak